Una de las técnicas que usamos en psicología es el mindfulness. Como ya comentamos en otros artículos el mindfulness es una técnica de meditación oriental que se define cómo “prestar atención de manera intencional al momento presente, con aceptación”. El mindfulness se puede usar para múltiples problemas y se incluye dentro de las técnicas de regulación emocional. Y uno de los resultados que se obtienen de la práctica del mindfulness es la reducción del sufrimiento de la persona. Sin embargo, como ya hemos hablado de esta técnica en otros artículos hoy solamente vamos a comentar algunos consejos a tener en cuenta cuando vayamos a practicar meditación. Estos consejos han sido extraídos de las enseñanzas del monje Birmano y maestro de meditación Sayadaw U Tejaniya.
Meditar es reconocer y contemplar lo que sucede –ya sea agradable o desagradable– de manera relajada.
Meditar es observar y esperar pacientemente con atención y entendimiento. La meditación NO es intentar experimentar algo que has leído u oído.
Sólo presta atención al momento presente. No te pierdas en pensamientos acerca del pasado. No te dejes llevar por pensamientos acerca del futuro.
Al meditar, tanto la mente como el cuerpo deben estar cómodos.
Si la mente y el cuerpo se cansan, algo pasa con la manera en que estás practicando; es momento de revisar cómo estás meditando.
¿Por qué te concentras tan intensamente cuando meditas? ¿Quieres algo? ¿Quieres que algo suceda? ¿Quieres que algo deje de suceder? Verifica si alguna de estas actitudes está presente.
La mente que medita debería estar relajada y en paz. No puedes practicar cuando la mente está tensa.
No te concentres con demasiada intensidad, no controles. No te fuerces ni te restrinjas.
No intentes crear nada y no rechaces lo que está ocurriendo. Simplemente sé consciente.
Intentar crear algo es codicia. Rechazar lo que sucede es aversión. No saber si algo está sucediendo o ha dejado de suceder es ignorancia/engaño.