29 de Octubre de 2015
Hoy en día muchos pensamos en los objetivos/metas que queremos alcanzar en la vida, pero apenas nos paramos a pensar en qué valor es el que nos mueve a alcanzar esos objetivos tan importantes para nosotros.
Los valores son pensamientos, ideas, deseos, sueños que nunca llegaremos a alcanzar pero en los que siempre podremos seguir trabajando para alcanzar nuestros objetivos.
Un ejemplo de valor sería “hacer feliz a mi pareja”, siempre podrás seguir haciéndola feliz y para ello podrás alcanzar objetivos como “casarse, tener hijos, etc.”
La motivación en el día a día es una de las facetas más importantes para poder salvar los obstáculos que se van presentando en nuestro camino. Debemos tener un rumbo marcado a través del cual ser capaces de tomar decisiones que nos mantengan en ese rumbo, o no. Porque los valores nunca serán obligaciones, siempre debemos ser libres de tomar la decisión que queramos, esté dentro de nuestros valores o no.
Actualmente la sociedad se basa en las consecuencias obtenidas a corto plazo y muchas veces este refuerzo que nos resulta tan gratificante durante poco tiempo, a largo plazo se convierte en una carga que no somos capaces de sobrellevar.
Al trabajar con los valores, abrimos la mente a las consecuencias obtenidas a largo plazo, a la motivación para luchar por algo que nosotros consideramos importante y por lo que estamos dispuestos a sufrir. Si, a sufrir, debemos estar dispuestos a sufrir, algo que hoy en día tratamos de eliminar completamente de nuestras vidas. Una lucha que no termina nunca, ya que el sufrimiento forma parte de la vida, jamás hallaremos la felicidad si nos encontramos en continua lucha por eliminar aquello que nos molesta, de lo que nos avergonzamos o que nos hace tener que pedir ayuda a profesionales.
En consulta, desde el punto de vista de la terapia de aceptación y compromiso, trabajar los valores con el paciente nos ayuda a encontrar una motivación por la que sufrir merezca la pena. Muchas personas piensan que la ansiedad le impide disfrutar, y por ello intentan controlar la ansiedad, y como no consiguen controlarla no pueden disfrutar. Cuando se dan cuenta de que sus valores son su familia, hijos, etc. y no eliminar la ansiedad, y se comprometen con esos valores, al tomar sentido su vida es más fácil hacer un hueco al sufrimiento.
Las personas cuando tienen miedo a algo llega un momento en el que piensan que no les importa, que aquello no tiene interés para ellos, no es un valor. El miedo que causa un estimulo aversivo, es una causa problemática asociada a los valores, porque el miedo nos puede llevar a olvidarnos nuestros valor.
Metáfora de la zorra y las uvas: había una zorra que tenía mucha hambre y vio unas uvas maduritas y se acercó a verlas. Se le hacía la boca agua, pero de pronto se acordó de que otra zorra le había dicho que por ahí había un mastín terrible con unos dientes horrorosos que la podía liquidar con una sola dentellada. Se fue haciendo a la idea de qué podía pasar de si aquel mastín aparecía y mirando a las uvas se dijo “no están maduras, en realidad no deseo comérmelas”.
Es así como nuestro miedo, nuestra ansiedad o sufrimiento frena nuestra motivación y de esta manera nos encontramos en un callejón sin salida, donde por mucho que luchemos no encontraremos la felicidad.
Elena Peñalver González | Psicóloga sanitaria en Madrid
epenalver@psicologiamentae.com