¿Cómo vemos el mundo después del trauma?

09 de Octubre de 2015

A través de la evolución y de la historia, los seres humanos se han visto expuestos a actos terribles: guerras, genocidios, catástrofes meteorológicas y eventos traumáticos, accidentes, abusos, actos criminales y multitud de adversidades. De entre todas las consecuencias y secuelas que a través la vivencia de un evento traumático se pueden desarrollar, hoy nos centraremos en las creencias post trauma. Estas creencias acerca del mundo, fruto de la experiencia traumática, son en muchas ocasiones difíciles de reconocer por las víctimas ya que no suelen ser conscientes. Nos referimos al sistema de creencias a través de las cuales las personas vivencian al mundo e interpretan los diferentes eventos de sus vidas, funcionan metafóricamente como anteojos ahumados, en donde al mirar a través de esos cristales todo se ve teñido del color de los mismos.

Las personas, por lo general, mantenemos un sistema de creencias que establecemos a través de nuestras vivencias y las de aquellas personas con las que nos relacionamos y establecemos vínculos. A través de este sistema de creencias establecemos un sentido acerca del mundo y de nuestra vida. En este sentido, existen tres bloques básicos:

  • Las creencias acerca de la invulnerabilidad personal (Esto no puede sucederme a mí).
  • Sobre nuestro mundo, donde consideramos que los sucesos son todos ordenados, predecibles y controlados, por tanto, considerar el mundo como un lugar seguro.
  • Acerca de nosotros mismos: la anticipación (¿Podría haberlo evitado?), culpabilidad y autodepreciación.
  • La exposición a un evento traumático, ya sea vivenciado por nosotros mismos o a través de terceras personas representativas en nuestra vida, pone en peligro nuestro sistema de creencias adaptado. La consideración de que el mundo es un lugar peligroso, donde no podemos predecir este tipo de eventos, que se escapan al control personal y que en cualquier momento puede volver a suceder un hecho de esta índole, se integran con fuerza en nuestro psiquismo. Para muchos, el suceso traumático es el elemento definitorio que marca un momento significativo en la historia vital individual, llegando a dividirla en antes y después del trauma.

    Esta perturbación en el sistema de creencias afecta directamente a las emociones y conductas que a partir de ese momento la persona vivenciará. Resulta obvio pensar que si una persona cree que algo horrible le va a volver a pasar, sin confianza en el futuro, con sentimientos de pérdida de control, sin encontrarle sentido a nada, desconfiando del mundo, de las personas y sintiéndose inseguro en su entorno, su calidad de vida, se vea muy deteriorada.

    Es por ello, que en muchos casos, esto degenera en otros trastornos: trastornos del sueño, del estado de ánimo, abuso de sustancias, ansiedad, fobias, etc. Todo esto sin considerar que comúnmente este desajuste en las creencias conforma un síntoma del Trastorno por estrés postraumático.

    Resulta entonces de vital importancia reconocer estos, al principio, pequeños cambios en nosotros, buscar ayuda profesional y recuperar una vida que en muchos casos, percibimos rota tras lo ocurrido.

    María Espigares de Silóniz | Psicóloga y Psicoterapéuta Gestalt en Madrid

    m.espigares@psicologiamentae.com

    Enviar comentario

    Usamos cookies para brindarle la mejor experiencia en línea. Al aceptar que acepta el uso de cookies de acuerdo con nuestra política de cookies.

    Privacy Settings saved!
    Configuracion de Privacidad

      Cuando visita cualquier sitio web, puede almacenar o recuperar información en su navegador, principalmente en forma de cookies. Controle sus Servicios de cookies personales aquí.


    • wordpress_gdpr_allowed_services
    • wordpress_gdpr_cookies_allowed
    • wordpress_gdpr_cookies_declined
    • wordpress_gdpr_privacy_policy_accepted
    • PHPSESSID
    • cpsession
    • et-pb-recent-items-colors
    • timezone
    • wordpress_test_cookie

    Rechazar todos los servicios
    Acepto todos los servicios