17 de Diciembre de 2015
Entre las novedades destacadas en el TDAH vistas en la parte I, nos quedó pendiente profundizar en uno de los temas que más preocupan a los padres: la medicación y sus efectos secundarios. Muchos se preguntan cómo actúan estos fármacos en el cerebro de sus hijos; desde el campo de la investigación, se intenta dar respuesta a estas cuestiones recurriendo a modelos basados en pruebas de imágen cerebral y tests neuropsicológicos. Los principios activos de los fármacos pautados hoy en día, actúan sobre los siguientes neurotransmisores: las catecolaminas (dopamina, adrenalina, noradrenalina) y la serotonina. En lineas generales, podemos hacer un repaso de los 3 grupos de fármacos que existen: psicoestimulantes (metilfenidato), antidepresivos (triciclicos, bupropion, ISRS, atomoxetina) y los nuevos fármacos (lisdexanfetamina dimesilato)
PSICOESTIMULANTES
En este grupo tan conocido por ser los primeros fármacos que se utilizan para tratar los sintomas de hiperactividad y déficit de atención, nos encontramos con las dexotranfetaminas, la premolina y el tan conocido metilfenidato (como principios activos). Los mecanismos de acción de este grupo son:
ANTIDEPRESIVOS
Entre las novedades mas destacadas en experimentación fármacos para controlar los sintomas motores y cognitivos, cabe destacar la acción de la Lisdexanfetamina dimesilato. Los últimos resultados obtenidos se resúmen en que cuando la respuesta al MPH (METILFENIDATO) y a la ATX (Atomoxetina) presenta falta de cobertura o falta de efecto, el cambio a LDX (Lisdexanfetamina dimesilato) se ha mostrado eficaz, con una mejoría del 86,7% de los casos. Por tanto esto sería una buena opción terapéutica.
Se observó que mejoraba la calidad de vida en 2 escalas: ADHD-RS-IV y CGI-S. Por tanto, se podría considerar al LDX como el primer psicofármaco estimulante de acción prolongada para el TDAH.
Tras este breve repaso en la continua búsqueda de alternativas farmacológicas, nos encontramos con grandes avances más allá de los psicoestimulantes como el metilfenidato y los antidepresivos. El futuro de la investigación se centra en estudiar nuevas fórmulas que den resultados significativos como el LDX- lisdexanfetamina dimesilato. Estos tratamientos, junto con la terapia no farmacológica, aportan nuevas formas que garantizan mayor control sobre los síntomas y por tanto, aumento en la calidad de vida de estas personas, que no sólo incluye a los niños, también afecta a la población adolescente y a los adultos jóvenes, cuyas expectativas de tener una vida sin limitaciones se acercan a la realidad un poquito más que ayer.
Teresa Ibarra | Neuropsicóloga en Madrid