Alimentación infantil: Cómo introducir nuevos alimentos con los peques

03 de Octubre de 2021

La alimentación infantil es una faceta fundamental en el desarrollo de los más peques. Lo principal es generar situaciones en un ambiente de juego en el que se propongan distintas comidas y se elija una entre las opciones para preparar todos juntos. Lo ideal es poner los cinco sentidos en la tarea: ver los alimentos, oírlos, olerlos y tocarlos con una actitud de exploración y descubrimiento. Hay que explicar a los peques lo que se va a hacer como un juego para toda la familia en el que todos son protagonistas.

Previo a la comida no conviene que los niños picoteen nada que no sean los propios alimentos que se están usando para la preparación. ¡Tienen que llegar con hambre al brócoli!

Después, durante la comida propiamente dicha, hay algunas ideas que pueden ayudar:

  • No prestar atención a sus dificultades ni discutir con ellos. No observar o señalar lo que comen o no.
  • No atender a sus expresiones de asco ni reírse cuando se produzcan. Ignorar sus aspavientos o muestras de desagrado.
  • Favorecer las expresiones relacionadas con saborear y degustar, con probar los distintos alimentos. Empezando por uno mismo: “¿alguien ha probado ya las zanahorias? ¡Tienen una pinta estupenda con ese color tan naranja!
  • Por supuesto no castigarles si no se comen algo, no conviene usar tampoco frases como “con el trabajo que supone prepararlo”.
  • Quitar cualquier elemento con el que puedan distraerse. Se trata de una “cata” en familia por lo que fuera la televisión. Aprovechemos la situación para comunicarnos en familia.
  • Puede haber algún alimento concreto que no les guste, no pasa nada. En especial algunas verduras “verdes” pueden tener sustancias que quizá den un sabor amargo a los más pequeños. Con el tiempo los gustos van cambiando, y si no que nos pregunten a los adultos. Lo más importante es que se animen a probar.
  • Si el peque se niega a comer hay que tomárselo con tranquilidad. Se le anima y si aun así no quiere, cuando terminen todos de comer se le retira el plato y no conviene que coma nada hasta la cena. No se van a morir de hambre, ¡al menos no habiendo brócoli en la nevera! No se aconseja volverles a poner el mismo plato para cenar para no ahondar en conductas oposicionistas o de rechazo hacia los alimentos o el propio juego.
  • En la alimentación infantil es importante que haya una rutina. Por ejemplo, los “fines de semana de cata”. En los que cada plato lo elija un miembro de la familia. Se pueden incluir requisitos como, por ejemplo: hay que mezclar verduras con la carne, hay que incluir al menos un alimento que nunca se haya probado o un alimento tiene que ser de color naranja. Es importante el ambiente de juego.

Con posterioridad, y según vayan sucediéndose las “catas” se pueden ir incorporando nuevos alimentos a las recetas habituales.

No hay que preocuparse si los niños no comen algún alimento concreto, pues pueden encontrarse los mismos nutrientes en distintos alimentos. Aun así, siempre se puede consultar a un especialista en nutrición o si consideras que puede haber algún problema puedes ponerte en contacto con nosotros para que hagamos una valoración inicial.

Samuel Gómez Jiménez |  Psicólogo en Madrid

samuel@psicologiamentae.com

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